LA POLÍTICA EN EL PERÚ

LA POLÍTICA EN EL 

PERÚ

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JULIO DURAND LAZO

NOTA:

Reproduzco el presente ensayo, efectuado en los inicios del presente siglo, intenta dar una gran síntesis de la Política en el Perú, ordenando su proceso complejo, en Proyectos y Ciclos históricos atravesados por la Constante Autoritaria.

Creo puede ser útil para la formación de los nuevos líderes políticos. No he alterado el ensayo, en un momento se presentó a UPP, dónde participe durante 4 años.

I

PROCESOS Y PROYECTOS

1

La política es de las concepciones totalizantes, de las fundamentaciones teóricas, ideológicas. Los paradigmas que ordenaron los procesos políticos han resultado inútiles para armonizar con el nuevo paradigma del cambio, es necesario su replanteamiento.

2

El primer gran proceso histórico del Perú es su gesta Independista del Dominio Español, que desenvuelve hasta cuatro proyectos.

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El primer proyecto de independencia fue el de Túpac Amaru II, con una propuesta de justicia social, su frustración y derrota es el primer gran desencuentro histórico en el Perú.

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El segundo proyecto de libertad es el Monárquico Constitucional de San Martín, también trunco.

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E tercer proyecto está vinculado con Simón Bolívar de República Integracionista de la Gran Colombia, que también fracasa.

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El cuarto proyecto de Independencia se vincula con el de República Nacional, que, finalmente triunfa, sin embargo, su desencuentro con la economía colonial, de servidumbre, hace del Perú una República imaginaria, frágil, inestable, con una Democracia imaginaria, ciudadanos, imaginarios.

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El Perú sin una industrialización vigorosa (famélica) se une a los procesos imperialistas, inglés y norteamericano.

8

El segundo gran proceso histórico del Perú, se da con las luchas por alcanzar justicia social, cancelar la servidumbre, la explotación capitalista, así, surgen los proyectos socialistas. Este proyecto se vincula a los proyectos de liberación de la Dominación Imperialista.

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Los proyectos socialistas van a tener diferentes formas: Con Gonzales Prada, tiene en el anarquismo sus fundamentos, con J.C. Mariátegui, adquiere una fundamentación marxista, con V.R. Haya de la Torre, tiene el socialismo una filosofía histórica propia.

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El Perú, entra en la contraposición capitalismo socialismo, a nivel del mundo, con la influencia de las revoluciones y guerras de liberación en el mundo.

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El Perú con la cancelación de la servidumbre por el gobierno revolucionario presidido por el General Velasco, empieza a desarrollarse, deja de ser una República imaginaria, y, ser real.

II

EL DESFASE DE LOS PARTIDOS

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La cancelación de la servidumbre significó la caducidad de los partidos políticos, su desfase, dejándolos vacíos de contenidos sociales y por tanto con proyectos vacíos, sin comprender los grandes cambios que se suscitan en el mundo, logran éxito en los 80, pero su desfase y vaciedad de contenidos, acentuados por una cultura de corrupción, aceleran su crisis y destrucción.

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Los partidos en las décadas de los 90, desacreditados y en crisis, dan lugar a los movimientos independientes, carentes de proyectos históricos, así, predomina la anti-política, o el gobierno de los no políticos, que con relativa celeridad entran en crisis y descomposición.

LA CONSTANTE AUTORITARIA

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En estos procesos de encuentros y desencuentros de los Proyectos con los contenidos, de gran inestabilidad política, se descubre la constante histórica del autoritarismo.

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El autoritarismo se retrotrae al proyecto civilizador Inca, continuo con el proyecto de dominio español, se prolonga en la república, está en la cultura del Perú.

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El autoritarismo es incompatible con la Democracia y la Libertad, no admite la igualdad, no es afín con el diálogo y las críticas, sólo da órdenes. El autoritarismo es opuesto a la superación de los subordinados, se consolida con la sumisión y, todo acto de rebeldía lo rectifica con violencia.

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En el Perú, el autoritarismo, encuentra su fundamento en las ideologías racistas, en la religión y en el proyecto marxista, se manifiesta en el caudillaje y las dictaduras, la línea autoritaria atraviesa toda nuestra historia, hasta nuestros días.

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Por el autoritarismo el Perú vivió en permanente desencuentro con la democracia, con la libertad; es ejercido no sólo por los militares, sino también por lo civiles, por los “Demócratas” y los revolucionarios. Hasta los liberales en el Perú resultan autoritarios. El autoritarismo en el Perú entra en crisis al encontrarse con el avance de la tercera Ola, con la cultura creativa y de la calidad.

19

En nuestra cultura de autoritarismo los políticos dialogantes, democráticos, respetuosos de las reglas y los compromisos, son considerados incompetentes y débiles. Ser prepotente y mandón, en la tradición autoritaria, es sinónimo de eficacia y eficiencia. En el Perú, el neoliberalismo se aplicó por medio del autoritarismo.

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Si en un primer momento el avance de la tercera Ola Toffleriana, se apoya en el autoritarismo, en los momentos actuales es contradictorio. La contradicción entre el nuevo paradigma del cambio y el autoritarismo está acentuando nuestros conflictos, causando caos. Es necesaria en este desfase la sustitución del autoritarismo por un nuevo paradigma de la política.

IV

LOS GRANDES CICLOS DE LA POLÍTICA EN EL PERÚ

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En el curso zigzagueante de la política en el Perú, además de la constante autoritaria, visualizamos grandes ciclos.

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El Primer Ciclo se determina, aproximadamente entre 1823 y 1920, es el ciclo de las minorías que excluye a las mayorías. Tiene por base el predominio de relaciones serviles en el campo y un escaso desarrollo de la industrialización. Este gran ciclo es bordeado por guerras civiles, guerras nacionales, golpes de estado, caudillos militares y civiles. Tienen su oportunidad con la explotación del guano y el salitre y lo pierde por la cultura del despilfarro. Su punto crítico fue la guerra con Chile, que nos muestra como país dividido. Es el ciclo del proyecto liberal democrático en desencuentro con el contenido social, y de la oposición de ideologías racistas. La misma oposición de los movimientos indigenistas, anarquistas, contestatarios, es de minorías, de elites. El cambio de los contenidos con el avance del capitalismo mundial, y el surgimiento y propagación del Proyecto Histórico Socialista, hace crisis en la política en el Perú, inaugurando un nuevo gran ciclo.

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El Segundo gran Ciclo comprende desde 1920 hasta 1990, es de los partidos de masas, del paulatino ingreso de las grandes mayorías en las luchas por el poder, de la organización de la sociedad bajo el esquema de la segunda ola, de las luchas universitarias. Este segundo gran ciclo es bordeado, con la inestabilidad del primer ciclo, sucediéndose gobiernos constituidos y dictaduras, caudillos civiles y militares, con la constante autoritaria.

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Es el ciclo de los fundadores de las corrientes socialistas, antiimperialistas, con J.C. Mariátegui, V.R. Haya de la Torre. De la aparición de nuevos partidos de carácter fascista, social – cristianos y populistas. Este segundo ciclo se inserta en la contraposición mundial entre el capitalismo – socialismo (comunismo), democracia – socialismo (marxista), en libertad y justicia social. Tienen su punto culminante en la revolución de 1968 y su desfase en los años 80, para entrar en crisis en los 90.

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El tercer gran ciclo apenas ha comenzado, tienen semejanzas con los años 20, pero sus diferencias son radicales. El segundo gran ciclo se inicia con la refundación de la política, con un pensamiento creador y fundador y culmina con el desencuentro y crisis de este pensamiento. El tercer gran ciclo se inaugura con el desfase de la política y el contenido de la sociedad peruana, con el avance de una nueva cultura de creatividad, que exige de una nueva refundación de la política. Este tercer ciclo esta en su etapa de gestación creativa, tratándose de vincular a los nuevos contenidos del Perú. Y en el intermedio, se abre y se cierra la transición de los independientes.

v

LOS INDEPENDIENTES Y SU DESCOMPOSICIÓN

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Hoy el desencuentro es crítico entre los Proyectos Históricos y los nuevos contenidos sociales. A finales de los 80 era difícil comprenderlo, de ahí, surgen los independientes, antes eran casos excepcionales, su incursión era bajo las banderas de lo partidos políticos, casi siempre en elecciones vecinales. La crisis del segundo ciclo ahonda la separación entre los partidos y los contenidos, ya nuevos e incomprendidos, convirtiendo a los partidos en cascarones y en descomposición.

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El éxito de los independientes es de los políticos que representan la anti política, que se dicen que no son políticos sino empresarios, profesionales, de éxito. Son, como lo fue Cambio 90, movimientos sin proyectos históricos y sin institucionalidad, siguiendo la línea autoritaria, el gobernante, sin compromisos, da un golpe de estado, y así se impulsa el neoliberalismo autoritariamente. A partir del triunfo de Cambio 90, el Perú, vivió la proliferación y apogeo de los independientes.

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Los independientes emergen entre ciclo y ciclo. En el final del segundo ciclo, entre 1990 hasta el 2000, han constituido un pequeño ciclo de transición, cuyo éxito se basó en la corrupción y desfase de los partidos. Su rápido fracaso fue su autoritarismo, la mercatización de la política (venta de cupos) y la desmedida corrupción.

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Hoy el Perú se encuentra en un punto incierto, con partidos desfasados, incapaces de refundar la política, con movimientos caotizados, y con movimientos que adoptan de nombre la denominación de partidos pero en esencia siguen movimientos. En medio de remolinos y conflictos, movimientos reivindicativos, de pobreza y desocupación, y con la persistencia de la cultura de corrupción, la política se convierte en el punto débil del Perú. El tercer ciclo se vuelve problemático en su afán refundador.

VI

MOVIMIENTO Y PARTIDO

LAS DIFERENCIAS

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Aparentemente los movimientos tratan de diferenciarse de los partidos presentándose a la sociedad, como fuerzas sociales no contaminadas con los vicios de la política, inmaculados y transparentes. En esencia las diferencias son otras, es necesario señalarlos.

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El movimiento no se fundamenta en ideologías, o en concepciones totalizantes, en Proyectos Históricos de largo plazo, su sustento es el éxito profesional, artístico, deportivo, empresarial de sus componentes. En tanto el Partido necesariamente requiere fundamentación ideológica, sistemas de ideas o conceptos totalizantes, de Proyectos Históricos de largo plazo, en el partido no cuenta basada en la ideología.

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El movimiento pretende representar a una totalidad, sea nacional o local, pero, en esencia, no representa a nadie, sólo a los individuos que lo integran, a sus intereses económicos o las aspiraciones de figuración y de poder. El Partido como su nombre lo indica, siempre marca líneas divisoras, no pretende representar a todos los intereses económicos y sociales de estas clases y sectores, en función de su ideología y su Proyecto Histórico.

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El movimiento es discontinuo, electorero, coyunturalista, tiende a suprimirse o desaparecer después de los actos electorales, así, es informal, inestable, pulsátil, fugaz. El partido permanece en su núcleo orgánico, constante o continuo, desarrollando vida partidaria.

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El movimiento no tiene economía, su financiamiento es con el dinero de sus caudillos o patrocinadores, con criterios de negocio, mercatizando la política, si llega al poder, con celeridad se da la corrupción y degradación. El partido tiende a desarrollar una economía institucional, se basa en las cotizaciones de sus afiliados y en sus proyectos auto sostenidos, por ello, es patrimonio de la sociedad, no tiene dueños y puede resistir a la corrupción y degradación.

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Movimiento y partido en estas dos últimas décadas, se han confundido, dada la crisis de las ideologías y de los paradigmas, participando en los hechos, con una visión del poder degradada (un botín a repartir), un mecanismo para favorecer artificialmente negocios particulares. El cáncer de la corrupción los ataca de muerte.

VII

LA CONVERSIÓN DE LOS PARTIDOS EN MOVIMIENTOS

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Cuando los partidos en el Perú se tornan desfasados, en crisis, sin contenidos que representar, se vuelven inestables, así, se confunden con los movimientos. Se produce, de parte de los militantes de los partidos, una migración o una dispersión, para anclar en los diferentes movimientos. El partido de la democracia cristiana se cambia el nombre por Movimiento D.C. y algunos partidos marxistas, se conforman en el Movimiento de Nueva Izquierda.

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Estas mutaciones y confusiones se han dado en los últimos años, con este proceder, aparentemente se han librado de la crisis de los partidos, son más flexibles, más abiertos, ya no necesitan de ideologías o Proyectos Históricos, ni de estatutos y reglamentos, no es ya obligatorio hacer vida partidaria, así, hemos observado transitar a los políticos por los diferentes movimientos, confundiéndose en estos, como también asumir a los partidos las características de los movimientos.

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El resultado luego de la crisis de los movimientos, de si descomposición, o corrupción, de lo negativo de su mercatización, es la necesidad política, de refundar la política, de partidos políticos.

VIII

EL RETORNO DE LOS PARTIDOS

39

En los tres últimos años, con la caída del fujimorismo, la crisis de los movimientos es Terminal, sin embargo, en las elecciones del 2000 se dio la mayor proliferación de movimientos en busca de inscripción, casi todos despedazados en el remolino de la política peruana. El pueblo, la sociedad esperaba la aparición de nuevos partidos, de nuevos liderazgos, y a falta de ello, se produce el retorno de los partidos, condenados en crisis y desfasados, como A.P. el P.P.C., el APRA (la democracia cristiana intenta inscribirse como partido) los partidos del segundo ciclo retornan a las calles.

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En las elecciones del 2001, contra todos los pronósticos, en forma ascendente, el APRA, con Alan García, va a una segunda vuelta, a falta de nuevos partidos, de nuevos líderes, el escenario político resucita a lo que ya no tenía vida social. Y a pocos meses del proceso electoral, el APRA plantea su refundación y procede a una campaña de afiliación, mostrando la fotografía de Alan García.

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El retorno de los viejos partidos es aparente. La refundación planteada por el APRA es un fracaso, como es la reingeniería del P.P.C. y otros partidos. Detrás de la formalidad no hay sino informalidad y caos. No se ha producido el milagro de la resurrección de los partidos, los muertos pretenden hacer creer que están vivos, pero, no lo están, no han logrado darles nuevos fundamentos a sus partidos, nuevas teorías sobre la sociedad, sobre el cambio social, no han logrado crear nuevos Proyectos Históricos, ni fundamentar una alternativa coherente al neoliberalismo, no han alcanzado a comprender los nuevos contenidos del Perú, y así no representan a nadie pretendiendo representar a todos, por lo tanto se mueven como movimientos pero como partidos están muertos.

IX

LA CONVERSIÓN DE LOS MOVIMIENTOS EN PARTIDOS

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Los movimientos que espiraban continuar la política de Fujimori, es decir, reemplazarlo por el mecanismo electoral que los legitime, luego del desprestigio, el desprecio, hacia los movimientos han optado por convertirse en partidos políticos.

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Para lograr pasar de la condición de movimiento a partido se utiliza el mecanismo del reconocimiento formal del J.N.E. con la presentación de solicitudes para el cambio de nombre. Es decir, el milagro de la conversión de movimiento en partido lo hace una instancia electoral. Así, Somos Perú ha dejado de llamarse movimiento para ser partido, los mismo Perú Posible deja la nominación de movimiento y es ya partido.

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Esta conversión del movimiento en partido también es aparente. El J.N.E. podrá otorgar la etiqueta de partido a un movimiento, pero, en realidad, si el movimiento no fundamenta ante la sociedad su ideología, su visión sobre la sociedad y el cambio social, su proyecto histórico, por más Estatuto que presente, sigue siendo movimiento, las etiquetas no reemplazan a los contenidos.

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El caso del Perú Posible es un ejemplo: su adhesión pública, por parte de su fundador, a la tercera vía, aplicada por Blair, su fundador Alejandro Toledo, sin explicar por qué y cómo, la tercera vía destinada a la liberación de los viejos partidos social demócratas Europeos, para modernizar su Estado benefactor en crisis, puede aplicarse al Perú, donde millones de peruanos son informales, desocupados, y donde el Estado jamás fue benefactor sino expoliador en beneficio de minorías. Sin fundamentación, Perú Posible a pesar de la etiqueta de partido sigue siendo movimiento, de ahí, su fragilidad, inestabilidad y caos.

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Este es el caso de U.P.P. movimiento que recibe del J.N.E. la resolución del Partido Político, a pesar de este rótulo, segue siendo movimiento en su esencia. Por ello se presenta el Proyecto para su transitar real a la condición de partido.

X

U.P.P. POSIBILIDADES DE SER PARTIDO

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Desde su fundación en el año 1994, U.P.P. responde a las características de las agrupaciones independientes. Lo inherente es el ser liberado por Javier Pérez de Cuellar, para alcanzar el gobierno. La fuerza de U.P.P. radicó en la figura, prestigio, reconocimiento del Ex Secretario General de la O.N.U. sin ser aún candidato oficial Javier Pérez de Cuellar, en las encuestas, aventajaba al presidente Fujimori.

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No es de una ideología, una concepción de la política y de la sociedad, lo que caracteriza a U.P.P., es un nombre, una personalidad, es Javier Pérez de Cuellar. Alrededor de su figura encuentran cabida políticos de las diversas tendencias, provenientes de los partidos de la Izquierda Unida, el APRA, P.P.C, independiente en el escenario de la política peruana.

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La derrota de U.P.P., en las elecciones de 1995, es el inicio de su declive, el alejamiento de su fundador e inspirador, Javier Pérez de Cuellar, acentúa su crisis, dispersión; sin el elemento de unidad, la U.P.P., entra en un proceso de luchas internas y deserciones, quedando como un movimiento con vacío de liderazgo, discontinuo y disminuido.

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En 1999, el 15 de Agosto, luego de cinco años de informalidad, U.P.P. aprueba su estatuto, donde reconoce su carácter de agrupación independiente, que le da un marco de cierta institucionalidad.

51

En las elecciones del 2000, en un Perú convulsionado U.P.P. tiene en el ingeniero Máximo San Román, como invitado, su candidato a la presidencia, con resultados muy pobres. En las elecciones del 2001, sin candidato presidencial, logra obtener seis representaciones en base a liderazgos populares y regionales, manteniendo su inscripción.

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Si vamos retrospectivamente U.P.P., se observa un movimiento de más a menos, proyectado para gobernar el Perú, con Javier Pérez de Cuellar, ha ido en declive, y en la actualidad, la crisis de los movimientos le afecta de un modo especial. Es en estas condiciones que U.P.P., es reconocido por el J.N.E. como Partido Político, supuestamente ha dejado de ser una agrupación independiente.

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SITUACIÓN ACTUAL DE U.P.P.

U.P.P. acaba de participar en las elecciones Municipales y Regionales del 2002, nuevamente con candidatos invitados y un posicionamiento pequeño (2%). Los resultados han sido negativos en Lima, sin embargo, lo positivo fue su proceso de apertura, recibiendo a los diversos movimientos locales, para la conformación de un Frente Amplio. Esta apertura fue difícil y contradictoria, pero, con sus limitaciones se dio, dando a U.P.P., bases y posibilidades futuras. A nivel nacional se logró dos gobiernos regionales y alcaldías en el interior del país, que conlleva a determinarlo como la tercera fuerza política a nivel nacional.

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Es necesario, sin embargo observar la realidad política con objetividad, despejar espejismos, los resultados obtenidos no son a causa del poderío orgánico de U.P.P., sino por el liderazgo, la logística, la capacidad de sus invitados o sus líderes locales. Por otra parte, los candidatos perdedores, sin encontrar las fuerzas orgánicas cohesionantes, se alejan o desertan generando vacíos a nivel nacional.

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Es necesario, sin embargo observar la realidad política con objetividad, despejar espejismos, los resultados obtenidos no son a causa del poderío orgánico de U.P.P., sino por el liderazgo, la logística, la capacidad de sus invitados o de sus líderes locales. Por otra parte, los candidatos perdedores, sin encontrar las fuerzas orgánicas cohesionantes, se alejan o desertan, generando vacíos a nivel nacional.

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POSIBILIDADES DE SER PARTIDO U.P.P.

Determinar las posibilidades de mutación de un movimiento independiente, como es el caso de U.P.P. en un partido político, requiere los siguientes requisitos.

-Liderazgo fundador que, produzca o canalice, incorpore o introduzca:

-Concepciones, ideologías, teorías, totalizantes sobre la sociedad, la política el cambio, que, a su vez posibilita:

-Interpretar a la sociedad peruana, su realidad política, sus problemas más gravitantes, y, sobre esta base establecer:

-Proyecto(s) histórico(s) que estén destinados a dar dirección, programa, estrategia y táctica al accionar político, cohesionando y posibilitando la institucionalidad. Estos proyectos son los fundamentos para:

-Representar políticamente a los contenidos sociales (fuerzas, segmentos, sectores sociales) que se van a identificar con el proyecto o proyectos. Sobre esta base, se tiene que:

-Establecer los límites de una comunidad política, amplia, con identidad, capaz de apoyar políticamente al partido. De la comunidad, como base, se hace:

-La selección de líderes, con reglas o mecanismos que canalicen la vocación política. De este modo:

-Se establecen los niveles entre los componentes de la comunidad política, desde los simpatizantes hasta los políticos con vocación y dedicados exclusivamente a la política. Es con estos aspectos que:

-Se conforman los paradigmas, reglas, para operar o hacer funcionar la institución política.

Dados los requisitos, la posibilidad de concretar el paso del Movimiento a Partido, en U.P.P., será una tarea histórica el llevarlo a efecto.

XI

DEL PARTIDO TRADICIONAL AL PARTIDO MODERNO

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EL PARTIDO TRADICIONAL

El funcionamiento de los partidos Políticos tradicionales, hoy en crisis, en todo el mundo, respondió a los códigos o esquemas descubiertos por A. Toffler, inherentes a la segunda Ola de cambio, basada en la revolución industrial.

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Sean sus ideologías socialistas, democráticos, liberales, nacionalistas de izquierda o derecha, en sus diferentes modalidades o matices, los partidos políticos se diseñaron respondiendo a los códigos de la segunda Ola. Así, se han forjado respondiendo a la:

-Centralización: Los partidos se diseñaron respondiendo a esta exigencia, con órganos centralizados, o haciendo caer en un centro o núcleo, el movimiento de la organización en su conjunto.

-Concentración: Complementando la centralización los partidos se diseñaron para concentrar, en una élite o cúpula, las decisiones, o el poder, que en última instancia, recaía en el líder máximo del partido.

-Especialización: Conforme la centralización, la uniformización, la concentración, los partidos fueron diseñados para su funcionamiento por políticos profesionales, especialistas, tal como V.I. Lenin los caracteriza en su “Que hacer”: Propagandistas, agitadores, .

-Maximización: Conforme los códigos anteriores los partidos se diseñaron como gigantescos aparatos partidarios que abarcan todo un país.

-Sincronización: Finalmente los partidos se diseñaron para sincronizar sus actividades generando una disciplina partidaria, con horarios, o ritmos, propios de una sociedad industrial.

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Con este diseño los partidos fueron de clases o de masas, con aparatos burocráticos, controlistas, motivados e inspirados por ideologías o concepciones que dan un final a la historia de las sociedades, como la realización de un paraíso, de una sociedad de bienestar, superando todos sus problemas.

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Con estas características los partidos fueron compatibles con el Estado de la segunda ola, que, a su vez, responde al mismo esquema.

El Estado burocrático, vertical, centralista, concentrador, controlador, con sus órganos, tipo maquinarias, está en crisis en estrecha relación con la crisis de los partidos, de hecho la política, sea en sus niveles de partidos y de Estado, se encuentra desfasada, sin poder compatibilizar ni armonizar con la gran velocidad, visiones totalizantes, se caotizan y generan nuevos problemas a la sociedad.

XII.

LOS PARTIDOS EN EL PERÚ

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Los llamados partidos tradicionales en el Perú, después del colapso y la crisis de los movimientos, han retornado a la escena política, con posibilidades de alcanzar el gobierno en el 2006.

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El APRA, el P.P.C., A.P., los partidos marxistas, vuelven al escenario político, luego de plantear su refundación (el APRA en el 2002) i de haber realizado procesos de reingeniería o modernización (P.P.C.). los resultados de esta refundación no se dan, siguen los partidos prisioneros del paradigma de la política de la segunda Ola, con el peligro de si son elegidos, conducirán al caos al Perú, no han renovado sus estructuras, siguen siendo partidos centralistas, y lo peligroso, se han contagiado de la mercantización de la política de los independientes y, actúan como agencias de empleo.

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La supervivencia de estos partidos, con paradigmas muertos, es un signo de desfase, de vacío, de ausencia de alternativas y es peligroso por la precaria institucionalidad del Perú, por el predominio del autoritarismo y la cultura de la corrupción.

Imitar los diseños (sea el APRA, o de otros partidos en crisis) es condenar a reproducir cadáveres sociales, destinados al fracaso. Los partidos tradicionales creen estar vigentes por el protagonismo de sus líderes o de sus caudillos, por nuestra cultura política individualista, pero, en esencia, son cascarones, sin contenidos sociales, aparentan vida, pero están en descomposición, suscitando espejismos.

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Los nuevos partidos para el Perú requieren un diseño diferente, acorde a las teorías globales, a la nueva cultura, al poder del conocimiento. Los casos de Somos Perú, o Perú Posible, es una muestra del cambio sólo de nombre, no son partidos en esencia, siguen siendo movimientos independientes. De ahí, su caos, su desorientación desde el Poder.

XIII

EL DISEÑO DEL NUEVO PARTIDO

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Debemos partir, para el nuevo diseño, señalando que los partidos sean tradicionales o modernos tienen en común, basarse en teorías, concepciones, ideologías, totalizantes, que sustentan sus proyectos históricos, lo que los hace trascendentales, sobreviviendo a sus fundadores y, así, se convierten en instituciones.

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De otro lado, para efectos del diseño, es también importante comprender que todos los partidos son precisamente eso, partidos, representan a una parte de la sociedad, a sus intereses, a diferencia de los movimientos que pretenden representar a todos y en realidad no representan a nadie.

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La crisis de los partidos no es de personas, sino de las teorías o ideologías, han quedado desfasadas, ya no corresponden a la sociedad; es también, crisis de representatividad, las partes que representaban ya no existen, o son marginales. De ahí, que las motivaciones y la mística es nula, los partidos han dejado de ser trascendentes, han dejado de ser instituciones.

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En estas condiciones los fundamentos del diseño de los partidos políticos son inútiles, la tarea es plantear el diseño de un partido político para la sociedad actual, para ello, debemos basarnos en el esquema de la tercera Ola, del poder del conocimiento, en el paradigma del cambio moderno.

 

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