ELECCIONES 2006: SEGUNDA VUELTA

 

Notas

sobre la segunda

vuelta

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(Elecciones Generales 2006)

JULIO DURAND LAZO

NOTA:

Reproduzco el ensayo “Notas sobre la segunda vuelta – Elecciones 2006”, con la finalidad de difundir nuevos enfoques de la Política, para tenerlos en cuenta en el presente proceso político.

PRESENTACIÓN

Escribo este ensayo como notas, por la ligereza del tiempo, sobre el tramo final de las elecciones generales 2006. Definidos los competidores, es concerniente hacer una interpretación desde el Nuevo Paradigma de la Política, siguiendo la coherencia de los ensayos anteriores.


INTRODUCCIÓN

Los mismos errores y espejismos vuelven a manifestarse en esta 2da. Vuelta. Sus efectos pueden ser nuevas frustraciones y saltos al vacío, no sólo para los candidatos, sino para todo el pueblo.

Un error es la interpretación de que ambos candidatos expresan o representan al pueblo, son del pueblo, y, por tanto, se disputan el mismo voto; este error parte de la falsa premisa que el APRA y su candidato son de izquierda. Lo cierto es que uno y otro representan mundos opuestos, radicalmente diferentes, uno el país formal, de Instituciones postizas, o un sistema en decadencia, y, el otro, aunque no lo comprende, representa al Perú informal que busca representatividad, espacios, y, espera la refundación de la política y la reconversión de la economía.

Estas notas expresan, en esencia, las posibilidades de cada uno siempre y cuando el candidato Ollanta Humala asuma el Perú informal.


I

POSICIONAMIENTO – ALUVIÓN

1o Nota

Es necesario trascender prejuicios, para ver, de otra manera esta segunda vuelta, diferente a lo que nos manifiestan los medios de comunicación, periodistas y analistas políticos. Entre la primera vuelta y la segunda no hay continuidad, todo lo contrario hay discontinuidad, este tramo final tiene características radicalmente diferentes.

2o Nota

La Primera diferencia que debemos notar radica en torno al fenómeno del aluvión. La primera vuelta estuvo marcado por un proceso político aluviónico, que, a pesar de su parálisis, llevó a su candidato al triunfo.

En esta segunda vuelta, ya no hay un proceso aluviónico, sólo quedan sus efectos, pero; como fuerza espontánea de raudo posicionamiento ha cesado.

3o Nota

En la segunda vuelta a diferencia de la primera vuelta, no será el posicionamiento lo decisivo. Tanto Alan García, como Ollanta Humala, mantienen el posicionamiento que le dio el proceso hasta el 9 e abril, uno 24% y otro 31%. Sin embargo, es necesario observar que Alan García ya tenía ese 24% antes de iniciar su campaña, por tanto, sólo ha logrado conservar lo que ya tenía. El caso de Ollanta Humala tiene lo que le dio el aluvión y lo mantendrá como base para la segunda vuelta.

4o Nota

Las encuestas, en esta segunda vuelta, ya no expresarán posicionamiento, sino, los vaivenes, de los complejos movimientos de un electorado indeciso, obligado a elegir entre dos candidatos, por tanto, este instrumento expresará otros factores, hasta Psicológicos, no necesariamente el aumento del posicionamiento. Es casi imposible, o muy difícil, saber si un candidato esta creciendo en la mente de los electores.

Sobre los Candidatos

5o Nota

En esta segunda vuelta han quedado dos candidatos radicalmente diferentes, en relación a formación, estilos, representación, personalidad, sin embargo, ambos tienen algo en común, por algo están en la situación de definir la Presidencia del Perú. Ambos son carismáticos, generan atracción y seguidores. Pero, también, generan rechazo y contrarios, son los que más antis (contra su candidatura) tenían en la primera vuelta. Si Ollanta Humala no fuera carismático no se hubiera reflejado en el aluvión.

6o Nota

Alan es el político, se le ve como político, se le siente como político. Esta faceta domina su ser. Lo demás es secundario. Puede no haber escrito sus ensayos (por lo demás muy limitados), no se le ve como un ideólogo, pero, a pesar de los cataclismos ideológicos sucedidos, su ser político lo sostiene. Y teniendo la limitación de una formación política y una organización propia, de una realidad desfasada, se adapta, aparenta ser moderno. A Alan el electorado, lo ve más como político.

7o Nota

Ollanta es el militar, a pesar de vestir de civil, es militar, se le ve, siente, así, lo militar es lo que predomina en su ser. Lo político le viene de afuera, es algo al que se ve obligado por la necesidad del poder. No es un ideólogo, es más practico, se adapta y acepta lo que cree que le va favorecer; su nacionalismo también es práctico. Por tanto, lo militar predomina, como si un deber, o una orden, lo llevarán a estar en la competencia. Por la tradición golpista del ejército, suscita temor, es un riesgo, pero no es tan simple ni automático.

Lo que representan

8o Nota

Pero, más que lo que son, uno el político, el otro el militar, es más importante comprender lo que representan, los contenidos sociales que los impulsan, o los detienen. Este aspecto parece no estar claro, por que los mismos candidatos, (error de sus asesores o de sus intuiciones) pretenden disputarse el mismo voto, a los mismos electores, como si estos pudieran dejarse convencer por uno y otro. Lo que hace importante ver lo oculto y es necesario hacerlo explícito.

9o Nota

Alan, le guste o no, representa al Perú formal, al Perú legal, representa el sistema, a las instituciones de corte occidental. Es el político que podría, por este representar, garantizar la Democracia formal, la economía de mercado. Esto parece ser una fortaleza, que lo hace aparecer como un mal menor. También, por este representar, se le ve que no haría ninguna aventura estatizadora. Ante, la convocatoria a una Asamblea Constituyente, manifiesta que le costaría al Perú, cien millones de soles, lo que no podemos gastar, no ve tal necesidad, a lo más volver a la Constitución del ’79, con algunas modificaciones. No ve la necesidad de cambios radicales, o de refundar la República. Alan es el candidato del sistema.

10o Nota

Ollanta, le guste o no, representa el Perú informal (casi ilegal) que no se siente representado en el Estado, en sus “Instituciones” que rechaza a los congresistas, que ve con desconfianza a los jueces. Que tiene que negociar por debajo de la mesa sus problemas. Ollanta por representar a ese Perú que se mueve en las fronteras del caos, (hasta su campaña, tiene ese carácter). Ese Perú que no entiende a la Democracia Representativa, por que no se siente representada. El aluvión que lo llevó a Ollanta, es un fenómeno informal. De ahí, que contrariamente a lo que representa Alan, este sector quiere cambios radicales quiere refundar la Política y la República.

El Problema de las Alianza y la Estrategia

11o Nota

Alan hace lo suyo, como político formado y entrenado para las contiendas, el debate o la crítica, confiando en sus dotes de orador, trata de llevar la batuta de esta segunda vuelta, pone la agenda. En cuanto a las alianzas, se acerca a los partidos afines, consustanciales a lo que representa, a Acción Popular, y, otras como Alianza para el Progreso (ya sin inscripción). Sobre esto es necesario observar que ningún líder, en la actualidad, tiene capacidad de ordenar a los ciudadanos para votar por consigna.

12o Nota

Ollanta, ya ha recibido en bloque a todo lo que fue la izquierda de Alfonso Barrantes, (curiosamente uno de los dirigentes lo compara con el recordado líder de Izquierda Unida) pero, su principal aliado, es el sector informal, (el que votó por Fujimori), este sector, lo puede apoyar en forma también informal.

Posibilidades

13o Nota

En un proceso complicado y confuso, Alan sólo va a ganar si su contrincante, en lugar de representar al sector informal, trata de representar al sector formal. Entonces el sector informal se verá obligado a votar por Alan, al no ver claridad, coherencia en el candidato que debía representarlo. Entonces, Alan por sus cualidades será el original y Ollanta la copia, y, el ciudadano preferirá al original.

*

En esta segunda vuelta nuevamente el choque de tendencias esta encubierto, o latente, en un proceso, donde la campaña, con su ilusiones predomina. Pero, en cualquier momento puede aparecer y (fuerza, y/o marea) de acuerdo a la tendencia que predomine llevar a uno u otro candidato al triunfo o al fracaso.

 
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